SON CORTINAS DE HUMO.
¿Como si no podemos denominar al "jueguecito" que se trae el PP. con el caso Bárcenas? Jueguecito que llamo así, pero que no tiene nada ni de juego ni de pequeño... ¡Es una burla!, una burla con la que estas gentes se están cachondeando de todos los españoles. Que el Sr. Bárcenas, seguiremos llamándole Sr. por aquello de las canas, es un "chorizo" es tan evidente como la vida misma pero que nunca pagará por su culpa, también me parece evidente, ya que la justicia camina muy lenta y en el ínterin los estrategas del PP. trabajan para que, en el "dimes y di retes" en el que están convirtiendo el caso, la confusión acabe con la verdad.
Son las clásicas cortinas de humo que en todas las batallas se emplean para distracción del enemigo. Y distracción del enemigo es lo que el Partido Popular pretende, demandando al periódico El País y a todos aquellos que propaguen, lo que ellos llaman falsedad. ¿Y quienes son "aquellos"? el noventa por cientos de los españoles, pues hala, ¡demanda a todos ellos! no me digan que no es para reírse, si en verdad no fuera para llorar.
Demandar directamente al Sr. Bárcenas, no, eso no, que el chorizo se puede enfadar y sacar a que les dé el aire a los otros chorizos que en el caso se esconden; es mejor jugar al escondite con las verdades e inventar cortinas de humo para distraer al "enemigo" y así vemos como mientras el Partido no demanda al Sr. Bárcenas, este llega a demandar hasta en tres ocasiones al Partido...y mientras esto ocurre, el caso se va diluyendo, la prensa deja de ocuparse de el con la profusión que al principio y, me temo, que acabará por perderse en el mismo sumidero que se perdió el incidente Naseiro, la peripecia Palop y hasta es posible que lleguen a perderse Gürtel, Blasco o Emarsa.
En eso, en lanzar cortinas de humo y en jugar al " tú me tapas un cosa a mí y yo te tapo diez a ti" hay auténticos expertos en el Partido Popular, a pesar de la ausencia del ínclito Sr. Trillo quien, por lo visto, antes de irse dejó preparados muy buenos discípulos.
Y lo más lamentable de todo esto es que mientras que la Perdiz sigue mareándose, a los españoles se nos sigue considerando como los tontos de la película, viendo como nadie acepta responsabilidades y cada uno se quita sus moscas de encima, con una irresponsabilidad rellana en el cinismo.
¡Ah! Y que conste que no pretendo criticar, digo nada más.
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