sábado, 23 de marzo de 2013

DE LA SANIDAD PÚBLICA A PRIVADA

Sábado 23 Marzo 2013.

                                   DE LA SANIDAD PÚBLICA A LA PRIVADA.


Me contaron una vez que, en un pueblo, hubo un Médico, de apellido Mata, tan poco acertado en sus prescripciones, que sus vecinos se mofaban de el diciendo: En sus recetas firma Mata y es verdad. Lo cierto es que el dicho viene de unos versos satíricos, creo que de Quevedo, pero que yo traslado a un actual,, para darle más actualidad
Mato se apellida nuestra Ministra del Ramo y lo cierto es que, sin necesidad de feminizar su apellido, también cuando firma Mato, mata. Así parece, al menos, de las medidas que está tomando o pretende tomar. A todo esto y sin apartarnos del tema, la tal Ministra ahí sigue, impertérrita  y sin dimitir ante las cada vez más evidentes acusaciones de soborno, mediante costosos regalos. Sin pudor alguno toma decisiones en contra de la economías más débiles y ya la tenemos maquinando el modo de ajustar, aun más, el copago a aplicar a los medicamentos necesarios a aquellos que menos medios tienen... a las rentas más altas, a esas ni tocarlas, que necesitan de sus dineros para regalos.
Y por si con estas medidas no fuera suficiente para hundir, aun más, al pueblo, hay alguien en su Ministerio o dependiendo del mismo al que, con objeto de agilizar las listas de espera, se le ha ocurrido la brillante idea de que aquella persona que esté necesitada de una operación urgente o, medianamente urgente, acuda a la sanidad privada, pague la cantidad que le pidan, sea la que sea, y, posteriormente, si no se ha muerto del susto y ha encontrado un "prestamista" dispuesto, podrá presentar factura a la entidad que debiera haberlo intervenido y ponerse "en cola" para esperar su cobro...¡Toma Castañas! a esto le llamo yo, aparte de cambiar una cola por otra, tener ideas de "casquero", que no se lo que es casquero, pero que se emplea mucho como dicho para identificar a un tonto.
Para esta gente que nos gobierna, o más bien nos desgobierna, las rentas bajas no existen; cualquiera puede hacer frente a la cantidad que le pidan y esperar luego algo así como que le caiga el gordo de Navidad. Nuestros gobernantes, los pobres, además de ineptos, deben de tener telarañas en los ojos, ya que no son capaces de ver la verdadera situación del pueblo, para el que dicen trabajar.
Dimita de una vez, Señora Mato, y no nos "mate" más con sus ideas. ¡Deje de sacarle brillo a su apellido!
¡Ah! Y que conste que conste que no pretendo criticar, digo nada más.

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