EL DESENCAJE DE ESPAÑA EN CATALUÑA
Que también podía escribirse al revés, pero que para el desarrollo de mi Día, lo escribo así. España y Cataluña, Cataluña y España, tienen un problema; problema que por no ser nuevo no debiera sorprender a nadie y que, sin embargo, está a punto de convertirse en "irrecuperable", cuando, a mi modo de ver, es, lisa y llanamente, un problema familiar.
Quien se haya criado en una familia más o menos numerosa, sabe perfectamente que, sea cual sea el número de los hijos, ninguno de ellos es igual al otro, incluso siendo gemelos. Los hay más díscolos y más mesurados, más ariscos y más cariñosos...hay toda una gama de caracteres, pero por encima de todo debe de estar la figura de padre, con el apoyo siempre imponderable de la madre; si estos fallan, adiós familia.
En la figura del padre debe de imperar un principio de autoridad, en el que nunca debe de faltar el manejo de la mano izquierda, la que lleva a cada cual al lugar que le corresponde, usando en unos casos el palo y en otros la zanahoria y en el caso que nos ocupa, creo, que el Marianico está usando más del primero que de la segunda.
Veamos, si el día después de la celebre Diada, la del millón y medio de independentistas, según dicen ellos, se hubiera celebrado una consulta o referéndum en la Comunidad o Nación, como ellos quieran llamarle, yo me atrevería a asegurar que una amplia mayoría de catalanes optaría por su permanencia en España, incluso algunos de los que más gritaron en la manifestación aludida. Pero no, desde un principio el "padre" eligió el palo, olvidando la zanahoria, logrando que a estas alturas ya nadie pueda estar seguro del resultado de dictamen.
Las políticas del centro han exacerbado los ánimos y el mesiánico Artur Más, antes tan solo preocupado de cuidar su tupé, se ha visto, de pronto, a la cabeza de una ola que no sabe manejar, por lo que se está entregando al tal Oriol que, ese si, sabe donde va y lo que quiere. La ceguera de nuestros gobernantes, encabezados por el Marianico, están llevando el proceso a una histeria colectiva, que está obnubilando los valores que cada uno trata de defender.
Y esto me lleva a preguntarme, ¿está provocado este desencajamiento? y el único propósito, una vez más, es el de vencer sin convencer...no me gustan los pueblos sometidos.
¡Ah! Y que conste que no pretendo aconsejar, digo nada más.
Creo que el padre del que hablas es el que nos está echando a todos de la casa natal, las comunidades independentistas se empiezan a sentir más necesitadas que nunca de separarse de la vorágine de corrupción y los que no eran partidarios de una independencia están empezando a pensar que igual si que merece la pena echar a andar en solitario. De todas formas el padre y madre España ya está echando a montones y montones de jovenes cualificados y formados a otros paises europeos a buscarse la vida, asi que estaba pensando que la independencia de España está empezando a ser individual ya ni siquiera por comunidades. ¡¡qué triste¡¡¡ pero es asi y como no vaya cambiando la cosa, no tengo ni idea en que acabará todo esto.
ResponderEliminarEstamos gobernados por ácemilas y de los burros no puede esperarse otra cosa.Yo lo siento por los que me preceden, hijos y nietos, míos y de los demás...Yo,por mi parte, ya no puedo hacer otra que denunciarlo y, eso si, gritar con todas mis fuerzas ¡¡¡CABRONES!!!
ResponderEliminarGrito al que yo con muchisimo gusto me uno.
ResponderEliminarUnidos en el mismo grito y veamos si condeguimos que se nos oiga...si no es así, al menos, tendremos la satisfación de que nos llamen Borregos
EliminarY yo, pero agregando la de HIJOS DE PUTA.
ResponderEliminarUn añadido perfecto, amigo anonimo.
EliminarComo supongo habras entendido quiero decir que NO nos llamen borregos
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