ACOSO PSICOLÓGICO

Miércoles 20 Marzo 2013.

                                                ACOSO PSICOLÓGICO.

Desde que empecé a tener uso de mi razón y de esto hace ya la "tira"de años, oí siempre decir aquello de  "la mujer casada y la pata quebrada"; confieso que, en un principio, no sabía muy a que se refería aquello que tanto repetían en charlas de Bar. Más tarde lo comprendí y lo repudié, pero es evidente que en algunos extractos sociales el dicho no solo se escucha, si no que se practica.

De vez en cuando, lamentablemente, las noticias llaman nuestra atención con titulares como "La violencia machista se cobra..." y, en la mayoría de los casos, la víctima suele ser la de la "pata quebrada". ¿pero qué ha ocurrido antes, para llegar a esos extremos?, no cabe duda de que "aquellos polvos pueden traer estos lodos", pero no siempre hay que culpar a viejos refranes, sobre todo cuando las victimas, ambos son victimas, son lo suficientemente jóvenes como para haberlos "mamado".

La convivencia es difícil, no solo en el matrimonio, si no que lo es en todas las facetas de la vida, pero en los matrimonios existen unos vínculos muchos más difíciles de romper: hay, posiblemente unos hijos, unos prejuicios sociales y, sobre todo todo, unos caminos cerrados para la parte, normalmente más débil de la unión y entonces...¡entonces aguantar! Y aquí, a mi modo de ver, surge el problema; los reproches se entrecruzan y con el tiempo se convierten en un completo acoso: Acoso psicológico.

Y lo que son las cosas, este tipo de acoso que, en la mayoría de los casos suele ser el germen de otros males, para ciertas Comisarías  y algunos Jueces, no tiene importancia alguna y normalmente los ignoran, en algunos casos y los archivan en otras. Le ocurrió a una de las victimas de ayer, que aunque había denunciado a su pareja por acoso psicológico, su denuncia fue archivada y ella terminó muerta a hachazos.

Creo que no se le da a este tipo de acoso la importancia que verdaderamente tiene. He conocido mujeres, casadas por supuesto, a las que nunca se les había pegado, pero que estaban completamente anuladas como personas; se habían corroído sus recursos psicológicos y se habían convertido en meros objetos de "usar e ignorar". También es verdad que he conocido a algunos hombres que hartos de oírse llamar inútiles por sus mujeres, acoso psicológico, han acabado por darse a la bebida, las cual les ha llevado a desesperadas decisiones.

La convivencia es difícil, muy difícil, y más en el matrimonio en el cual la meta suele situarse al final de un largo recorrido, por ello llamo la atención y no me cansaré de hacerlo, sobre el hecho de enseñar a convivir, tema sobre el que, a lo mejor, no vendría nada mal el crear una asignatura de obligada enseñanza.

¡Ah! Y que conste que no pretendo aconsejar, digo nada más...