MANTENIENDO VIVA LA ESPERANZA.
Martes 29 Enero 2013.
pero casi. Recién empezada "aquella" guerra y a las pocas horas de que un, entonces, terrible bombardeo, nos obligara a abandonar nuestra casa y exiliarnos en una Aldea de la comarca, oí decir, "esperar, que cuando acabe la guerra..." y la guerra terminó. Y de nuevo volvimos a preguntar, eramos muchos los hermanos, y de nuevo oí, "esperar, que cuando esto se normalice"
Y así, durante años, en mis oídos volvieron a resonar muchas veces aquellas palabras, "espera, que cuando..." cuando ocurra esto o aquello, o cuando venga esta o aquella persona, o bien, espera que cuando esto termine...y si no cuando se me decía, espera, que cuando seas mayor...bien, pues lo que fuera aquello que tenía que terminar, ya terminó y yo, es evidente, ya soy mayor... ¿y ahora qué?
Ahora no hay nadie que me diga, "espera que..." Y soy yo mismo el que tengo que repetirme y además sin cansarme, que hay que seguir esperando. Seguir esperando, en primer lugar, que la vida me brinde más oportunidades de las que ya me ha brindado; que me deje proyectarme en lo que tengo y soñarme en lo que me sueño
Seguir esperando que por fin y de una vez por todas, esta España tan mía, como de los que siempre la tienen en la boca, cambie y deje de ser el Cortijo en el que medran unos pocos, mientras que los demás se limitan a sostener las velas.
Seguir esperando, si y manteniendo, además, viva la esperanza, ya que por muy negras que sean las noches, siempre hay luz en el alba.
Llevo muchos años oyéndolo, "espera que..." y no es hora de desfallecer, ya que si desfallecemos quienes estamos acostumbrados a esperar, en que pueden confiar en la vida los que no aprendieron a hacerlo, ¡Esperar!
¡Ah! Y que conste que no pretendo aconsejar, digo nada más.
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