LA MENTE HUMANA.

Pero no, no se conformó con ello y, se supone, que ayudado por las Autoridades de su país, se hizo implantar dos piernas ortopédicas y participando en unos Juegos Olímpicos llegó a vencer en las pruebas de velocidad de 100, 200 y 400 metros lisos...hasta aquí es historia de todos, más o menos sabida.
Pero lo que a mi me lleva a adentrarme en este caso no es lo sabido, aunque forzosamente tenga que incidir en algunos de sus aspectos a mi lo que me hace navegar en esta historia es lo que hay dentro de la mente de este ser, como la de algunos otras en idénticas circunstancias, que le ha llevado a ser un VENCEDOR en la vida y no solo en una complicadas Olimpiadas. Mucho más difícil que estas pruebas tuvieron que ser las superadas con posterioridad a la amputación y, por supuesto, las que tuvo que pasar para adaptar a su organismo dos antiestéticos sostenes para su cuerpo.
Eso, cualquiera que halla tenido que superar algún tipo de enfermedad, de las denominadas como incurables, sabe perfectamente lo que es; sabe que hay que forzar a la mente hasta extremos inimaginables y luchar contra los enemigos que, desde su propio interior, le dicen cada día que abandone, ya que la lucha es estéril.
Pero ellos no se rindieron, Pistorius tampoco, y lograron el más difícil todavía de que la mente se impusiera a todo y a todos...y eso, lo digo con toda mi admiración, porque he conocido algunos, no es un logro al alcance de cualquiera. Hubo, también, y cada día los hay, que se quedaron en el camino.
Y es, así mismo, en la mente humana en la que radican uno y mil misterios, o que es, si no misterio, que un hombre que ha superado las más difíciles pruebas que se le puedan presentar a un ser humano, se despierte un día en el otro lado de su mundo y dispare contra su pareja hasta dejarla muerta a sus pies...dicen que es un obsesivo por las armas, pero esas obsesiones no deben de llevar, creo, a extremos criminales. Y yo, por lo menos, llego a una conclusión, la Mente humana permanece ignorada, por muchos adelantos que aporte la Ciencia.
¡Ah! Y que conste que no pretendo aconsejar, digo nada más.
¡¡¡el cerebro ese lugar por descubrir¡¡¡
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