DE TAL ASTILLA...¡¡¡VAYA PALO!!!
De todos los Refranes que llenan el repertorio de la Lengua Castellana es, sin ningún genero de duda, uno de los más oído es el de "De tal palo, tal astilla" e incluso, en ocasiones, las acciones del palo son ampliamente superadas por las de la astilla, pero nunca, que se sepa con tanta certeza como la ocasión que nos ocupa: Bárcenas, el todo poderoso Bárcenas, demanda al Partido Popular. "Arsa Pilili" que diría un castizo, ya que si bien, no hay nada excepcional en el hecho de que un empleado demande a sus patronos, por un despido improcedente, si lo hay, y mucho, en el caso de que el demandante halla sido Tesorero, Gerente y "Sumo Sacerdote" de la empresa demanda.
Meses, quizás años, llevan ambas partes, entre mentiras y verdades, jugando al viejo juego de "amagar y no dar"; yo destapo una cosa por aquí, yo niego otra por allá; unos dicen que ya no está y una cuenta o persona, que todos los meses recibe una cantidad; los unos dicen que es mentira y "alguien" destapa la verdad...vamos, que yo no sé si algún nos aclarará este embrollo, pues lo que es ahora no hay quien los entienda y, la verdad, tratándose de quienes se trata, creo que es imprescindible que alguien nos muestre ya todos y cada uno de los hilos de la madeja.
Y en el momento cumbre de la marejada, cuando acaba de estallar en la "cara" de la cúpula del PP. el brutal estacazo que le propina su ex Tesorero y "amo" de las cajas secretas del Partido, surge de la penumbra, nunca mejor dicho, la figura del ínclito González Pons que se atreve a decir públicamente, poco más o menos lo siguiente, entre la credibilidad del Sr. Bárcenas y la del Partido Popular ¿con cual se quedarían ustedes? y lo dice, nada más y nada menos, que ante la Prensa, la cual, creo estar seguro, no soltó la carcajada por un mal entendido respeto a su figura y no porque este lo mereciera, si no porque todavía hay quien respeta algunas cosas en este país.
De verdad, señores, que estoy escribiendo esta gacetilla y conforme lo voy haciendo me voy asombrando más y más del cinismo con el que algunas personas sostienen las mentiras y como no entra en mis cálculos contaminarme de ciertas actitudes, procedo a cambiar algunas estrofas de aquella canción que entonábamos en mi niñez y que muchos de usted conocen: "Ahora que vamos despacio, vamos a cantar "guajiras" por el mar corren las liebres y por el partido popular las mentiras..."
¡Ah! Y que conste que no pretendo criticar, digo nada más.
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