UN ESCRACHE PARA LA MUÑEQUITA,
La Muñequita, con todos mis respetos, obvio es decirlo, es Soraya Saez de Santamaría, sombra recortada, del Marianico y quien carga,además, con la ardua tarea de ser portavoz de todas las malas noticias que del Consejo de Ministros emanan. Bueno, pues aunque no se lo crean, la Muñequita es quizás el único Miembro del actual gabinete ministerial que me cae bastante bien; vamos, que creo que a pesar de ser la sombra, en ocasiones brilla con luz propia.
Pero vayamos al caso, durante veinte minutos, que a ella a lo mejor le parecieron una eternidad, la Muñequita fue sometida a una ración de escrache, por un amplio grupo de desahuciados. Al grito de "Soraya, Soraya, tu casa quien la paga", se unieron otros, como el de un discapacitado, que megáfono en mano explicaba que con una hija de seis años y en su situación, estaba a punto de ser desahuciado.
Según las crónicas, ella, su marido y su bebé de meses permanecieron tras las cortinas, durante los veinte o treinta minutos que duró el "acoso" y digo yo, a esta tan capacitada miembro del Gobierno, tan arregladita y pizpireta ella no se le abrirían las carnes ante el clamor de aquellas gentes; de que matería deben de estar hechas para no sentir que algo se les desgarra por dentro, ya que no debemos de olvidar que ella es la Vice Presidenta, vice responsable, de un Gobierno que está acabando con las esperanzas de miles de ciudadanos.
Millones, según las firmas que presentaron ante el Parlamento pidiendo importantes modificaciones en la Ley del Desahucio, que ellos, el Gobierno, se ha pasado por lo entrepierna, incluida la de la Muñequita, que contemplaba impertérrita como gentes desesperada gritaba ante sus ventanas. Y menos mal que esta, por lo menos, no ha tenido la desfachatez de salir con rimbonbantes declaraciones comparando a los "acosadores"
con miembros de cualquier banda criminal.
Y tu no crees, Muñequita y perdona el tuteo, pero mi edad me da pie para ello, que tanto a tu bebé como a ti misma os hubiera gustado más tener ante vuestra ventana una de esas animadas Tunas, con sus brillantes capas y alegres panderetas, cantando cualquiera de las canciones con las que animan sus siempre amenas noches de ronda. ¡Pues claro que os hubiera gustado más! Pues nada, a hacer méritos para ello y si lo logras, hasta yo mismo soy capaz de organizar la Tuna y la Ronda.
¡Ah! Y que conste que no pretendo criticar, digo nada más.
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