A LA CAZA DEL HOMOSEXUAL.
Nos encontramos, ya, caminando por la senda del siglo XXI y todavía, ni científicos ni filósofos, se han puesto de acuerdo en quien fue al autor del mundo en el que vivimos y por ende de nuestra procedencia
¿Nos hizo un dios? o procedemos de un mono. Sin meterme en honduras, yo me inclino por lo segundo, ya que, aunque lo hubiera hecho aposta, un dios no podría haber hecho una "chapuza" semejante...esto no es un mundo, es, simplemente, un circo...
Un circo en el que el objeto de la diversión no es ni un mono, ni un elefante, es, simple y llanamente, un hombre; un hombre que no piensa o no es como los demás y solo por eso ha de ser, no solo cazado, si no si ello es posible, eliminado. En Uganda, País a el que yo, hasta hoy, veía como un pueblo exótico, cuyo principal atractivo turístico era el de contemplar a los gorilas en libertad, resulta que le ha dado por la homofobia, la cual lleva a sus autoridades a perseguir a los homosexuales allá donde se encuentren, hasta el punto que se está estudiando una Ley que contemple la ejecución inmediata del infractor, con la creación, incluso, de un Fiscal represor...Vamos, algo así como el "Ángel exterminador" que para sí hubiera querido nuestro Luis Buñuel.
Esto, francamente, me `parece llevar las cosas a extremos dignos de ser, no solamente repudiados, si no perseguibles por el resto de las Naciones, si es que existiera como tal, pero esta Sociedad de Naciones que tenemos me parece que no solo forma parte del Circo, si no que es el circo mismo.
Yo recuerdo que en mis años de niño, allá por la mitad de los cuarenta, del siglo pasado, en Albacete se organizaban, sistemáticamente, cazas de "maricones", como les llamaban entonces, de las que unas veces eran ejecutores los jóvenes camisas azules y otras los soldados del cercano Cuartel de Aviación de los Llanos. Pero unas y otras se limitaban a propinar al desgraciado que caía en sus manos una soberbia paliza y, en algunos casos, a conminarles a abandonar la ciudad, como así hicieron con un gran cantante de la época, José de Aguilar, que más tarde sería buen amigo mío. Junto con el hubieron de salir, también, sus hermanos y la familia al completo.
Eso me pareció mal entonces, me lo parece ahora y me parecerá siempre, sobre todo, como es el caso de Uganda, en el que hasta los predicadores siembran el odio entre sus fieles. No se de qué clase de predicadores serán, prefiero no saberlo, pero si son de alguna religión que para ellos, aunque hoy no exista, si se cree alguna clase de infierno.
¡Ah! y que conste que no pretendo criticar, digo nada más.
Enrique ya te dije en otro momento, que tus articulos tenian que publicarse a los cuatro vientos, hoy te pido que por lo menos los saques a Facebook que los vea todo el mundo.
ResponderEliminarSon magnificos, dices las verdades con tanto ingenio, con tanta redondez, y te llenan, te adentras en ellos leyendo lo que tu siempre quisiste decir, pero que jamás podrias explicarlo de esta manera ¡estan tan bien hechos, dices tantas verdaes, ¿Cuantos matrimonios destrozados existen por querer librarse de esas persecuciones en aquellos años? Pues hacia a tras vamos y no a pasos, a zancadas.
Felicitacienes, por este y por todos.
Agradezo tus eleogios y, sobre todo, tu fidelidad, pero de verdad que estoy bien donde estoy, con mis amigos, nuevos y viejos. Un abrazo
ResponderEliminarYo siempre respetaré tus decisiones, poro son tan buenos, que me gustaría que todo el mundo supiera cómo escribes. Un abrazo.
ResponderEliminarbuenos dias enrique estoy interesado en contactar con usted, para un tema relacionado con Jose de Aguilar, gracias, puede ponerse en contracto conmigo a través del correo electronico
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