RADICALISMO EN LOS GENES.
No, no es que vuelva, es que no me he ido; pensé dejar pasar unos días e inaugurar un nuevo Blog que no me obligara a la búsqueda diaria de temas, pero, aparte de que hay frases que se te vienen a los ojos y te obligan a comentarlas, vuestra amistad y vuestros mensajes, me llevan a permanecer aquí, mientras me doto del nuevo proyecto...¡Ah! y no voy a hablar de la Infanta, que, sobre ella, ya hablará suficientemente la prensa y los tertulianos que nada tienen que ver con el periodismo.
Contaba un día el ínclito Fraga, que, hablando con Ruiz Gallardon, padre del actual Ministro y azote de la Oposición, le hizo notar lo radicales que eran sus intervenciones, a lo que su interlocutor le contestó: "Si quieres saber lo que es radicalismo, habla con mi hijo". Y no sabemos si Fraga habló con el hijo, pero lo que si hemos sabido es la verdad del "elogio" paterno.
Ahora el Marianico nos lo ha colocado de Ministro, de Justicia nada menos, y si nos hubiera dado por coleccionar las "perlas" de sus intervenciones, seguro que tendríamos para confeccionar un buen rosario. Veamos una de ellas, quizás la más reciente, "El escrache afecta al equilibrio democrático y si un diputado no actúa con libertad, el principio de representación se rompe..." ¡Toma castañas!"
se coarta la libertad del diputado ¿pero hubo alguna vez un diputado libre? o son todos, unos y otros, componentes de una bancada que marcha al ritmo que impone la mano alzada del "pastor" que los gobierna. Yo, la verdad, he visto mucho aplauso inmerecido y mucha palmadita en la espalda del líder, si este pasa cerca, pero nunca he visto a ninguno que, haciendo uso de la libertad por la que clama el Sr. Ministro, se subleve contra las falsedades de sus portavoces o la injusticia de sus decisiones.
Si, puede ser cierto, que en el momento de las votaciones algunos diputados se vean acometidos de una necesidad fisiológica y se ausenten del hemiciclo, lo que les lleva a no votar...su pis ha lavado su conciencia.
Lo que si parece ser completamente cierto es que, en este caso, los elogios de un padre no han sido exageraciones paternas. Los hechos están ahí para demostrarlo y mucho me temo que, o una inesperada crisis gubernamental lo remedia o vamos a tener radicalismo del bueno para rato. Alberto Ruiz Gallardon puede estar orgulloso de, con creces, haber superado al padre.
No se lo que tardaré en proveerme de mi nuevo Blog, pero mientras este llega y haya "frasecitas" como esta que hoy he comentado, habrá Día a Día.
¡Ah! Y que conste que no pretendo criticar, digo nada más.
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