EL DÍA DESPUÉS.
No, no preocuparos, que no voy a hablar de la jornada liguera de Fútbol dominguero, ni tan siquiera de la sonada victoria de ayer de España contra Francia. No va de Deporte, va de vida, que aunque haya que ser un poco atleta para vivirla, es completamente distinta.
Ayer cumplí ochenta y dos años y hoy es, por lo tanto, mi día después; el día en el que he pisado el umbral de de los ochenta y tres y tengo el ánimo dispuesto para pisar otros umbrales. Hace sesenta años, hasta ocho Médicos Especialista afirmaron mi imposibilidad para vivir, me desahuciaron. Inopinadamente se me abrió una ventana y en ella me adentré con todas mis fuerzas; el aire que había en aquel portillo y mi fe, que algo tuvo que ver, hicieron el milagro y aquí estoy.
Estoy para contar y para cantar; para contar que me case, que tuve tres hijos, planté muchos árboles y hasta escribí un Libro, que dicen que es la misión que cada persona debe alcanzar en su vida. No me conforme, nunca me ha gustado vivir la vida que me marcaban los demás, y seguí contagiando fe a quien me la pedía y tomando para mi toda la belleza que me surgiera en el camino, sin quitarle nunca, al menos eso creo, ni un ápice a la belleza que correspondiera a los demás. Sembré y en los surcos de mi sementera fui haciéndome un mundo, en el que nunca me importaron las riquezas, pero en que siempre hubo un "Buenos días" para todo aquel que pusiera el pie en mis campos. Me encontré mucha gente que al simple y bello buenos días trató de buscarle interpretaciones distintas...peor para ellos.
En el párrafo anterior un ligero esbozo de lo que fue mi vida en esos ochenta y dos años que he dejado atrás. De aquí en adelante el guión no tendrá muchas variaciones, en los que a mi ánimo se refiere, claro está que en lo que a mi cuerpo compete no depende de mí depende, como siempre, de otras fuerzas que hasta ahora me han sido propicias, pero que no sé como me van a responder en el futuro. De lo que a nadie le debe caber la menor duda es de que yo, por mi parte, empujaré con todas mis fuerzas para que nuestra andadura, la de mi cuerpo y la de mi espíritu, llegue a ser todo lo larga y prolifera que para la misma yo he soñado.
He pasado por la vida, he tenido mis altos y mis bajos y hoy, en mi día después y con un pie en el umbral del mañana, diré como ya dijera el Poeta y mi maestro, Antonio Machado, que cualquiera que sea mi destino, me hallará ligero de equipaje.
¡Ah! Y que conste, hoy tengo otro mensaje: ¡Os quiero a todos!
nosotros a ti también¡¡
ResponderEliminarPues gracias a todos "vosotros".
ResponderEliminarGracias, para mi concretamente ha sido un gran placer conseguir tu amistad, cada día me enseñas a superarme, a no mirar lo que me aqueja, a disfrutar más si cabe de todo lo que me gusta.
ResponderEliminarHoy precisamente, sentada en mi sillon en mi cuarto de estar, veia la redondez sublime de esa luna nuestra que nos mira a todos cuantos la miramos, y pensé que quiza alguno de mis amigos la miraba tambien en ese preciso instante, tambien pense, que la luna que yo miraba era la misma luna que en ese mismo momento derramaba su luz de plata sobre tu chopera, entonces comprendí que una union entro todos es posible, sólo hace falta desearlo.
Según veo son muchas las cosas que nos unen...pero no me disgusta que una de ellas sea la Luna. En efecto, me visita, tambien en mi Chopera.Y si a través mia aprendes algo, es que mi siembra da sus frutos. Gracias por estar ahí.
EliminarGracias a tí por hacer que esté.
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